Córdoba fue ocupada por los musulmanes muy pronto, llegando a ser la capital de Al-Ándalus, la mayor ciudad del occidente europeo.
Tras la caída del califato, se unió a Sevilla convirtiéndose en reino de taifa.
En 1235 los cristianos consiguen rodear la ciudad, conquistándola un año más tarde. Fernando III la repobló rápidamente.
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